jueves, 10 de diciembre de 2009

La Sra. del Cuarto

Escucho la canción de "Quiero ser" de Amaia, es una canción bonita, me gusta el sonido de la guitarra al empezar: "¡Otra vez no!, es el despertador". Me he vuelto a quedar dormida.
Salto de la cama. Me visto:
-"Este pantalón no, no pega con estas botas".
-"¡Jolín!, ¿dónde está mi camiseta azul?".

Me bebo el café de un sorbo y salgo corriendo con la chaqueta y la bufanda medio puestas; ¡siempre voy tarde!. LLego a la puerta del portal y justo cuando voy a abrirla escucho a mis espaldas el sonido de la puerta del ascensor. Rezo sin mirar: " La Sra. del Cuarto, !no por favor¡".

La Sra. del Cuarto es una mujer mayor que vive sola y su único entretenimiento es bajar a la calle a tirar al contenedor la basura varias veces al día. Tengo varias hipótesis, una es que tiene un síndrome, aún por descubrir, totalmente opuesto al de Diógenes. La otra, que no tiene cubo de basura ni papeleras en su casa. Se come un plátano, baja y tira la piel; se toma una cerveza (porque le gustan bastante, doy fe), baja y tira la botella; y así continuamente. Bueno a excepción del domingo. Un día me entrecogió en el ascensor y me comentó que los domingos no le gustaba salir a la calle porque no había nadie, ni el gimnasio estaba abierto, ni el Pan de Leña, ni el Bar de Lolo, y le da da miedo. Aunque la hipótesis con la que me quedo es con la de que es un poquito bastante alcahueta. Es de las típicas vecinas que si te ven venir se esperan en la puerta para subir contigo en el ascensor. Y ella no pierde el tiempo hablando del tiempo (valga la redundancia), ella va directamente al grano, y te pregunta de donde vienes, por las compañeras de piso, por el propietario... vamos, de lo que vaya surgiendo.

Acabo echando la vista atrás, y efectivamente: La Sra. del Cuarto con una bolsita pequeña con un cartón de leche y un vasito de danone vacios.

-"Niña agárrame la puerta que ya voy"
-"Buenos días señora"

¡Cuánta vitalidad tan temprano, por dios! Seguro que no tendrá nada que hacer, ¿para qué se levantará a estas horas? Si ahora tampoco hay nadie por la calle, ¿no le da miedo?

-"¡Ea! Ya vas para clase, ¿no?" "¡Uyy! ¡Con el frío que hace!"
-"Si que hace frío, ya era hora que llegará"

Si hace frío, ¿por qué no se queda en casita?, o mejor aún, acostada.

-"Pues hoy no está la Sra. Presidenta limpiando las escaleras"

La Sra. Presidenta es otro entrañable personaje del que hablaré otro día sin duda. Los días en los que la Sra. Presidenta está limpiando las escaleras son aquellos con los que corro más suerte, ya que la Sra. del Cuarto se para con ella para ponerle al día de qué vecino ha llegado más tarde, o quién a ido a visitar y a quién.

-"¡Uish! Cómo me duelen las piernas, cada vez me cuesta más andar"

Pues si le cuesta andar, cómprese un cubo de basura, vamos, digo yo.

Pero, ¡por el amor de Dios! no se cansa esta mujer de la misma conversación. Señora, por favor dese prisa, que el contenedor estará ahí todo el día pero yo, ¡yo voy a llegar tarde!.


6 comentarios:

JB dijo...

Jajaja, lo tiene todo estudiado, ¿eh? Te atrapa con la excusa de la puerta, y a partir de ahí ya tiene vía libre para andar lo más lentamente posible: cuánto más tarde en llegar, más preguntas te podrá hacer...

Ada dijo...

Pues mas o menos, es perro viejo, jajajaja... aunque bueno, la vamos conociendo. ( y a lo tonto a lo tonto, ella a nosotras también) jajaja

Anónimo dijo...

Hay dones que no pueden esconderse, el tuyo, el darle vía libre a tus sentimientos a través de las palabras es uno... Doy gracias a Dios por el... ¿Cuántas veces, mi Querida Pelirrojita, fuimos la Sra. del cuarto?...
Seguramente cuando la tristeza y la soledad nos ponían contra la espada y la pared... ¡Por favor!!!! alguien que pueda escuchar mis quejas y mis penas!!! al menos un segundo... un segundo aunque más no sea... es que, como decirlo?! no doy más... Laguien... que me escuche?... por favor?...
Hay tristezas de un día, dolores de años, heridas de por vida...
un síndrome? un defecto? quizá... pero... y si es una tristeza recurrente?... un dolor? o una incurable herida?... quizá si pensaramos en ella, pondríamos el despertador 10 minutos antes, para escuchar los lamentos, de la Sra del cuarto

vico dijo...

Me gustó tu post. Me gusta este tipo de relato de las cotidianidades que nos hacen pensar tanto cuando las tenemos por escrito. Me gusta el cuento del diario vivir con personajes comunes y corrientes de esos que la televisión no habla. Me gusta la gente sencilla. Aún como esa sra del cuarto que para ser visible y escuchada tiene que bajar a tirar la basura tantas veces al día.

Gracis por contarlo.

E dijo...

El segundo mejor post...

Ada dijo...

El primer mejor post lo dejo para mi webmaster jajajajaja.... aunque claro son los dos bueno en? jajajajajaja....